Resurjo de mis cenizas cual ave Fenix y comienzo mi andadura de nuevo en bicicleta de montaña. Salgo sin tener muy claro donde ir, pero al pasar por la rambla, me meto en ella y ya no paro hasta llegar a Perín. Como no, de allí a San Isidro y vuelta por la Rambla. Sensaciones buenas, a pesar del intenso calor y el paréntesis que me he tomado con la mtb.
Salir a correr lo hago a menudo (2 o 3 veces por semana), pero, como siempre es por los mismos sitios, ya ni grabo el track y ni siquiera me llevo el teléfono.
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